Hay personajes dentro de ciertos países que marcan su historia para las generaciones y generan conmoción o asombro por el estilo de vida que llevaban así como por las acciones que realizaban. Tal es el caso de Wanrong, la que hoy se conoce como la última emperatriz de China, una mujer como pocas y con una muy curiosa historia por contar, aunque su vida fue relativamente corta para el promedio que vivían los monarcas chinos.
Nacida el 13 de noviembre de 1906 y fallecida a los 40 años, el 20 de junio de 1946, también ha sido conocida como Emperatriz Xuantong, pertenecía al Clan Gobulo y fue la esposa y emperatriz consorte del Puyi, el Emperador Xuantong de China. Fue la emperatriz consorte titular de la Dinastía Qing desde 1922 hasta 1924, año en el que se abolió la monarquía, luego fue emperatriz consorte nuevamente del estado japonés de Manchukuo, desde 1934 a 1945, cuando también fue abolida la monarquía. Debido a su trabajo como consorte, recibió el título póstumo de Emperatriz Xiaokemin.
La vida de la emperatriz fue difícil desde el momento en el que nació puesto que su madre falleció de fiebre puerperal poco después de dar a luz a la niña, afortunadamente fue criada por su madrastra, la cual tenía un enorme aprecio por Wanrong pues la quería como a su propia hija y también le dio hermanos. La niña vivía con su familia cerca de un lugar donde se fabricaban sombreros, en Pekín. Su padre Rongyuan, quien era un Ministro de Asuntos Domésticos, creía en la igualdad de género, por lo que se preocupó porque Wanrong tuviera el mismo nivel de educación que sus hermanos. Asistió a una escuela misionera americana donde aprendió inglés y piano.
La Dinastía Qing fue derrocada en 1911 y reemplazada por la República de China, marcando así el final de miles de años de dominio imperial de China. La antigua familia imperial recibió privilegios especiales dentro del gobierno republicano, lo que les permitió conservar sus títulos nobles y que fueran tratados con respeto y de forma especial. Es así como Puyi, el último abdicado recibe la autorización para celebrar una boda en la Ciudad Prohibida. Las consortes viudas de la Dinastía Qing que aún vivían, le mostraron a Puyi una serie de imágenes de jóvenes hermosas candidatas para que el eligiera con cual quería casarse.
El Emperador eligió a Wenxiu pero pronto descubrieron que era una niña de tan solo doce años por lo que le sugirieron que eligiera a Wanrong, ya que tenía una edad similar a la suya y antecedentes familiares aceptados. Así que Wanrong pasa a ser elegida como la futura esposa del Emperador, tan pronto como fue elegida, un grupo de eunucos fueron enviados a la casa de Wanrong para que la prepararán para la boda imperial. Según dio a conocer uno de los hermanos de la joven, estos le enseñaron como inclinarse y comportarse en presencia del Emperador pero ella se reveló, no quería casarse con alguien que no conocía pero al final la convencieron y estuvo de acuerdo.
Cuando se llegó el día de la boda, la joven fue transportada en una silla de manos con un brocado color morado, conocida como la silla Phoenix, hizo esto pasando por encima de fuego y algunos otros actos más pertenecientes a la tradición manchú. La procesión se abrió camino hasta una de las entradas de la Ciudad Prohibida esta subiría hasta la sala del trono donde estaba el Emperador, al interior del carruaje iba una niña Wanrong temblando del miedo y los nervios, las puertas se cerraron y la niña se convirtió en Emperatriz. Siguiendo la tradición imperial china, la princesa llegaba una máscara durante toda la ceremonia nupcial, hasta después de concluida la ceremonia ella descubrió su rostro.
El matrimonio de Wanrong con Puyi fue infeliz, puesto que el cariño del Emperador estaba en el corazón de otra pero las conveniencias familiares le llevaron a casarse con la joven. Afortunadamente Wanrong se refugio en sus estudios. Aunque como Emperatriz de China, ella tenía a du disposición todo lo que se le antojara, disponiendo de un séquito de eunucos y doncellas. Tenía su propia cocina y un sastre que le confeccionaba prendas casi a diario, era muy amable con sus sirvientes y amonestaba a aquellos que les faltaban el respeto, comía con ellos y convivía con ellos ya que siempre estaba sin su Emperador.
A la edad de 18 años, Wanrong aún actuaba como una niña, gustaba de jugar por horas y hacer que sus eunucos o doncellas jugarán con ella hasta que se cansara, en una ocasión pidió a un eunuco con el único objetivo de que la acompañará a jugar con ella. Así fue como una niña se volvió en una emperatriz que pasaría a la historia por ser la última en llevar al trono bajo diversas situaciones polémicas que le pusieron en el ojo de toda China y del mundo entero.
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