Los vapeadores se distribuyen en todo tipo de centros de conveniencia, supermercados, farmacias, etc, como una opción o una especie de sustituto al cigarrillo de nicotina mucho más saludable y menos riesgoso para la salud, esto con la supuesta intención de ayudar a las personas que tienen problemas para dejar de fumar. Sin embargo, hay varios estudios que demuestran que los vapeadores, también conocidos como cigarrillos electrónicos, no ofrecen ninguna ventaja para la salud de las personas pero si una ruta más fácil para crear consumidores.
Aunque su venta y distribución aún no está legalizada en muchos países, cada vez es más común observar el uso de los vapeadores electrónicos y sobre todo en jóvenes. Han sido creados para ser atractivos a la vista de los que lo consumen, de diferentes formas, tamaños, colores, diseños y hasta sabores que han traído la promesa de ser más seguros que los famosos cigarrillos y que ayudará a los fumadores a dejar el consumo de nicotina. Los cigarrillos electrónicos unos dispositivos que utilizan una batería para quemar un líquido con varios componentes que incluyen agua y glicerina vegetal que el usuario inhala en forma de aerosol.
Por mucho tiempo y de forma bastante común se ha tenido la idea de que con los vapeadores o el término de vapear lo que se hace es inhalar vapor de agua, sin embargo esto no podría estar más alejado de la realidad, ya que cuando se consumen vapeadores lo que se está haciendo es inhalar los aerosoles junto a un grupo de distintos sustancias toxicas que, si bien no son tabaco, son materiales pesados como aromatizantes o metales pesados y algunos incluso contienen nicotina, dejando a todo aquel consumidor que cree que está dejando el hábito de lado con cara de payaso.
La leve ventaja que ofrece este tipo de productos es que al vapear no hay combustión de tabaco ni se ingiere la nicotina de forma directa como lo es en el caso de los cigarrillos y por lo tanto las empresas creadoras y distribuidoras de los cigarrillos electrónicos promueven el consumo de los mismos con la idea de que usarlos sería potencialmente menos dañino que el fumar cigarrillos de tabaco normales. A esto se le suma el detalle de que no deja una molesta sensación de tabaco en la boca y que tampoco produce exceso de humo que afecte a terceros, declarando al producto como uno Smoke Free.
Es por eso que se ha creado una percepción de que el cigarrillo electrónico es menos dañino por el hecho de que contiene menos sustancias químicas que el de tabaco pero no se está en un cien por ciento seguro de que sustancias puedan ser estas. Por lo tanto, el uso de estos vapeadores no te garantiza esta mayormente libre de sustancia dañinas para el cuerpo humano, los cigarrillos electrónicos si son más seguros que usar los cigarrillos de tabaco comunes, pero eso no significa que sean seguros y no hay un dato exacto que te diga hasta que tanto lo son de seguros.
Se dice que en el año 2018 se realizó un estudio general a la creación e investigación sobre vapeadores que indica que se han encontrado un total de 22 sustancias toxicas distintas a la nicotina en los vapeadores y sus emisiones sumándole a esto el detalle de ciertos estudios clínicos que asocian el uso de cigarrillos electrónicos con lesiones en los pulmones y el corazón. Para rematar todo esto, son muy limitados los resultados al respecto de que ayude a las personas a dejar de fumar y por el contrario, esta sirviendo como una red para atraer más jóvenes a convertirse en consumidores.
Aunque los vapers se consideran una alternativa potencialmente menos dañina que fumar cigarrillos, aún existen riesgos asociados. Los estudios actuales sugieren que pueden tener efectos adversos para la salud, como problemas respiratorios y daños pulmonares.
Algunos riesgos de los vapers incluyen la inhalación de sustancias químicas dañinas, irritación pulmonar, enfermedades respiratorias y daños al sistema cardiovascular. Además, la nicotina presente en muchos vapers sigue siendo adictiva y puede tener efectos negativos en la salud.
Sí, existen otras opciones más seguras y efectivas para dejar de fumar, como terapias de reemplazo de nicotina, medicamentos recetados y programas de apoyo conductual. Es importante consultar a un profesional de la salud para obtener asesoramiento personalizado.
Al usar vapers, se recomienda evitar productos no regulados, controlar la cantidad de nicotina consumida, mantener los líquidos y dispositivos fuera del alcance de los niños, y estar atento a cualquier síntoma o efecto adverso en la salud.
Para obtener información confiable sobre los riesgos de los vapers, es recomendable consultar fuentes de salud y organizaciones especializadas, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Estas instituciones brindan datos respaldados por investigaciones científicas actualizadas.
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