Alrededor del mundo existen lugares muy interesantes y a la vez muy misteriosos, muchos de ellos son diversas zonas montañosas que albergan accesos a cavernas o cuevas que pueden llegar a abarcar muchos kilómetros de extensión, los cuales pueden ocultar todo tipo de cosas o criaturas que no salen fácilmente a la luz.
En Suramérica existen muchos lugares como estos y para todos esos amantes de lo desconocido o de la adrenalina, el adentrarse a estos espacios es algo surreal y muy emocionante. Pero últimamente han surgido varios testimonios de personas que tuvieron la osadía de adentrarse en este tipo de lugares y dicen haber tenido la sensación de ser observados y algunos de los relatos indican haber presenciado a seres humanoides saliendo de estos sitios subterráneos. ¿Serán estos seres alguna especie desconocida? ¿Serán estos seres intraterrenos alguna de esas civilizaciones antiguas de las que han sido omitidas de los libros de historia?
América del Sur es una extensión de tierra con muchos sitios que faltan por explorar, y no hablamos únicamente del Amazonas, sino también de esa gran cadena de zona montañosa que hay en los Andes, con una gran cantidad de pasadizos y cuevas parcial o totalmente inexploradas. Entre las misteriosas montañas de mesa, como Tepui en Venezuela, el Desierto de Atacama, entre muchos lugares más. Esta zona del continente es muy visitada para tratar de llegar a esas zonas y lograr alguno de estos encuentros.
Hace poco, una sensacional expedición de varios científicos de origen venezolano, colombianos y ecuatorianos, tuvo lugar en Colombia con el objetivo de explorar las cuevas del cerro Ritacuba Blanco. Dichos viajeros y también los lugareños informaron que la descongelación del glaciar ha estado revelando cada vez más pasajes misteriosos en la roca, y junto con ello aumentaron los encuentros con humanoides altos y delgados, que presumiblemente roban ganado y también aves de corral a los residentes de la zona.
Al llegar a su destino, los científicos e investigadores pudieron documentar la existencia de 16 nuevas cuevas, las cuales son muy difíciles de determinar que tan profundas podrían ser sus mazmorras. Para hacerlas más fáciles de identificar, cada cueva recibió un nombre provisional y otra realizar el estudio, se eligió a la cueva llamada como KV-4, ya que era la más adecuada para una entrada más segura y sencilla. Debemos destacar que para dicha expedición se contó con la participación de espeleólogos, zoólogos y también biólogos profesionales.
Para llevar a cabo el estudio, los científicos participantes entraron a la cueva escogida por medio de una brecha bastante amplia y entre más se internan en la curva, esta se hace más amplia. Al llegar a una profundidad dentro de la cueva de 5 a 7 metros, fue posible que todos los investigadores se pudieran parar bien, en toda su altura. Dentro es un lugar muy frío. Para este punto fue casi imposible poder filmar lo que había dentro debido a la intensa oscuridad, casi total apenas interrumpida por unos muy leves rayos de luz. Debido a esto, se decidió hacer uso de las cámaras termograficas y entre lo primero que llamó la atención fue la falta de seres vivos, ni siquiera murciélagos habitaban la cueva debido a la baja temperatura y al exceso de humedad.
Dicho lugar se siguió profundizando por unos 80 metros más y luego se empezó a dividir por completo. Todos los pasajes eran los suficientemente grandes como para pasar por ellos, sin embargo, algunos de ellos se encontraban bloqueados en cierto punto por roca y hielo, lo que hacía al equipo retroceder y tomar un nuevo pasaje. Es en uno de esos nuevos pasajes que se dio un extraño encuentro.
Todo sucedió muy rápido, pero inician con un misterioso chasquido como de un “Tic Tac” y en acto seguido el grito de uno de los investigadores de la expedición. Estaba muy seguro de haber visto una silueta delgada, una criatura delgada y con forma humanoide que trepó la pared de la cueva y entró por una de las cavidades del techo de la cueva. Su silueta era perfectamente visible en la cámara termográfica.
Encuentros como este se han registrado por todas las tierras altas de Colombia, muchos de los relatos indican que a veces estos humanoides de complexión delgada y muy pálidos, salen de las cuevas y se acercan a las aldeas para robar animales, sobre todo pollos. Volviendo a los miembros de la expedición, estos intentaron distinguir al habitante de la cueva con sus lámparas, pero simplemente empezaron a sentir una sensación de pánico que los hizo huir despavoridos del lugar, no sin antes sentir la presencia de un grupo de esas criaturas y una especie de sonido que crujía en sus oídos. Ahora los científicos dicen que los humanoides utilizan una especie de infrasonido para ahuyentar a las personas.
Con esto surgen un buen número de preguntas que parecen quedar sin respuestas. ¿Son los habitantes de las cuevas alguna especie de asentamiento que viven en forma primitiva? ¿Poseerán algún tipo de conocimiento científico? ¿Desde hace cuanto tiempo habitan en las mazmorras de las cuevas? Déjanos tu opinión en los comentarios.
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