Es relativamente fácil para nosotros identificar cuando creemos estar enamorados. Sonreímos por todo, caminamos viendo al cielo, casi siempre estamos distraídos, vemos a la persona amada en todo y hasta perdemos el apetito.
Y aunque nos parezca sorprendente este hecho, en realidad no lo es, pues almenos 300 sustancias son liberadas en nuestro cuerpo cuando experimentamos este sentimiento.
Sentir mariposas, nervios, sudoración y poco apetito es normal cuando experimentamos el amor. El cuerpo está diseñado para manifestarse de diferentes maneras, por lo que cuando se está disfrutando de la magia que genera este sentimiento, se pueden liberar estas sustancias químicas que se relacionan con como nos vemos, nos sentimos y queremos que la otra persona nos vea.
Científicos aseguran que cuando experimentamos el sentimiento del amor, las ganas de comer se suprimen de forma casi inmediata, debido a que nuestros pensamientos están únicamente enfocados en la persona que amamos. También nuestro cuerpo libera sustancias como la bilirrubina, las cuales hacen que nos sintamos con el corazón acelerado y con las emociones a punto de estallar.
Así mismo, la glándula del timo desencadena el buen humor, la suprarrenal elimina el estrés, el cansancio disminuye y las defensas del cuerpo se fortalecen. La presión sanguínea tiene un flujo adecuado.
Este es el más liberador sentimiento de todos, ya que no sólo están involucrados estos síntomas sino también que nuestra cabeza se encarga de hacer que la médula espinal, la adrenalina y las endorfinas hagan que nos olvidemos de cualquier sufrimiento, por lo que La euforia se convierte en nuestra base de vida mientras estamos enamorados.
Es por esto que la comida pasa a un segundo plano, no sentimos la necesidad de saciar el hambre, de la ansiedad de comer ponquecitos, chocolates o papas fritas. “La subida de dopamina que nos produce estar enamorados bloquea la hipófisis y anestesia literalmente el estómago, de esta manera suprime la necesidad de hambre”.
La dopamina eleva nuestro deseo sexual y además aumenta nuestra capacidad de concentración y nos hace sentir eufóricos. El amor puede producir sentimientos adictivos similares a las drogas y esta afirmación tiene un fundamento neuroquímico muy sólido.
Los científicos han descubierto que el amor es capaz de cambiar nuestro cerebro, un estudio publicado demostró que almenos 10 áreas de éste modifican su actividad cuando nos enamoramos. En concreto, las regiones relacionadas con la motivación, la recompensa y las aptitudes emocionales se ven estimuladas.
Así que si estabas preocupad@ por lo que estás sintiendo, es absolutamente normal. Este estado de felicidad es mejor que ir a un gimnasio o hacer cualquier dieta. El ácido glutamatico y la feniletilamina son los encargados de hacernos sentir que estamos en las nubes.
En resumen, parece que el amor afecta positivamente a nuestro organismo, pues genera todo este mundo de reacciones químicas sobre nosotros que nos pueden enloquecer pues no entendemos que nos sucede, así que disfruta de este remolino químico, siempre y cuando no lleguemos al extremo de convertirlo en una adicción.
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