Pero sucede que al ser usados estos míni caballos en el área minera, muchos de ellos desde que entraron en la minas, jamás volvieron a salir de ellas. Unos nacieron y también murieron dentro de ellas, producto de la apareamiento de los caballos al interior de la mina, fueron criados y cuidados así como también adiestrados para el trabajo dentro de los corredores de las minas por los mineros que trabajaban en ellas, pero estos volvían a sus casa al final del día y los Pit Ponies se quedaban dentro de ellas, esperando el momento de volver a trabajar, era la única vida que conocían.
Estos caballos fueron privados de experimentar la luz del sol y el aire fresco, vivían en la oscuridad bajo tierra, confiando únicamente en sus instintos y depositando su confianza en los mineros que los acompañaban, tuvieron horarios de trabajo verdaderamente extenuantes de tal forma que sólo un Pit Ponie llegaba a cargar el solo hasta 8 vagones de carga con carbón. Pero a pesar de lo difícil que eran sus vidas, estos animales sabían cuales eran sus derechos y cuando estaban siendo cargados en exceso, estos se negaban a moverse. También poseían un enorme instinto del día y la noche, aún a pesar de estar casi siempre en la oscuridad, al llegar la noche estos se dirigían por sí solos a sus establos.
Eran pagados con buen alimento y un trato de salud, hasta que en el año 1987, el último caballo de las minas llamado Ruby hizo su último día de trabajo un 03 de diciembre, lo hizo a lo grande y siendo recibida por una orquesta y con una corona de flores en su cabeza. Cuéntanos si conocías esta historia en la sección de comentarios.
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