En la vida, a veces solemos enfrentarnos a situaciones que ponen en un riesgo extremo nuestras vidas, al limite de que esto podría llevar a la locura a quien lo vive; un ejemplo claro de ello esta en los soldados que van a hacer frente a las guerras por la defensa y honor de sus países. La mayoría, por no decir que todos, vuelven de la guerra sufriendo de terribles problemas de estrés postraumático que no les permite poder vivir sus vidas con total normalidad como el resto de las personas.
Muchos de estos soldados traen consigo mucho más que los horrores de la guerra, cada uno de ellos viene mostrando en sus rostros todos los horrores que vivieron en los combates recordando que esto ahora viene grabado en lo más profundo de sus memorias, es una mirada escalofriante y le llaman la Mirada de las Mil Yardas. Esta mirada se ha vuelto algo característico de cada soldado que vuelve de la batalla y forma parte del trastorno de su estrés postraumático, este se volvió popular con los combatientes que sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial.
Durante esa guerra, no era tan fácil disponer de cámaras fotográficas que captaran lo que se estaba viviendo en todos lados, es por esto que los países involucrados enviaban ilustradores que se encargaban de dibujar lo vivido por los soldados en el combate y a la vez representaba a un corresponsal de lo vivido por los luchadores. Es así como Thomas Leah, un hombre que se dedicaba a esto, fue enviado a diversos países con las tropas norteamericanas para poder ilustrar lo que los combatientes vivían en pleno campo de batalla. Su talento para hacernos sentir lo ocurrido en la guerra a través de una pintura era impresionante.
Es así como Thomas retrata dos de sus obras más reconocidas y que le darían crédito a nivel mundial, el artista luego confesaba que solo debía evitar que lo mataran y memorizar todo que veía para luego plasmarlo al papel. Por supuesto que él logró tal hazaña y producto de ello creo The Price (El Precio) y The 2000 Yard Stare (La mirada de las 2000 yardas), afamadas obras que retrataban los horrores que se vivían en la guerra. Esta segunda pintura fue la que más repercusión tuvo en el público pues ilustra una mirada abatida, llena de angustia, vacía y totalmente desencajada de un soldado norteamericano.
La ilustración era cruda, fría y mostraba a la perfección los horrores que se viven en los combates, la mirada forma parte del trastorno de estrés postraumático que vivían los combatientes de ambos bandos luego de las batallas más terribles que arrebataron millones de vidas en todo el mundo. Pero la verdad es que esta terrorífica mirada no está enfrascada únicamente para los soldados, esta también ha podido observarse en toda aquella persona que ha vivido una situación terrible que le ha llevado a sufrir en gran manera sin que pueda describir fácilmente lo que sea que haya vivido.
Con respecto a la mirada del cuadro, Thomas su autor describió que el protagonista del cuadro había dejado los Estados Unidos hacia 31 meses y había sufrido un ataque en su primera campaña, sufría de varias enfermedades tropicales, por la noche no podía dormir y durante el día abría el pecho de los combatientes contrarios con balas. La mayoría de sus compañeros de combate habían muerto y el resto estaban heridos, debían prepararse para el día siguiente y hacer lo mismo mientras se preguntaba hasta que punto un ser humano puede soportar esta situación, como lograría sobrevivir, cuantos horrores más tendría que hacer sin desear hacerlo.
Como dijimos, ahora está mirada forma parte de los síntomas de personas que viven diversas situaciones traumáticas sin que puedan recuperarse totalmente de ello. Hace algunos años se reporto en Estados Unidos que un niño desapareció en un bosque cercano a su hogar y apareció dos días después en el garaje de una casa a varios kilómetros de su casa, usando una ropa que no tenía y con la famosa Mirada de las Mil Yardas que tanto desconcierto ha causado. ¿Qué es lo que pudo haber presenciado en el bosque ese niño para portar en su rostro la Mirada de las Mil Yardas?
La Mirada de las Mil Yardas es una expresión facial que puede observarse en personas que sufren de trastorno postraumático. Se refiere a una apariencia de mirada vacía o distante, como si estuvieran viendo a lo lejos, que puede manifestarse como un síntoma de este trastorno.
La Mirada de las Mil Yardas puede manifestarse como una mirada perdida, sin brillo o evitando el contacto visual. Puede ir acompañada de una expresión facial inexpresiva o con falta de emoción. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la expresión facial puede variar en cada individuo y no es un diagnóstico definitivo del trastorno postraumático.
La Mirada de las Mil Yardas puede ser un indicio de la desconexión emocional que pueden experimentar las personas que han sufrido traumas psicológicos. Puede ser una forma de protección del cerebro para lidiar con la intensidad del trauma, lo que resulta en una expresión facial aparentemente distante o perdida.
La Mirada de las Mil Yardas es solo un posible síntoma del trastorno postraumático y no debe utilizarse como un criterio único para el diagnóstico. Es importante buscar una evaluación profesional y considerar otros síntomas y factores para un diagnóstico adecuado.
Si se nota La Mirada de las Mil Yardas en alguien cercano, es importante ser comprensivo y brindar un espacio seguro para que expresen sus sentimientos si así lo desean. Alentar la búsqueda de ayuda profesional y ofrecer apoyo emocional puede ser beneficioso en el proceso de recuperación del trastorno postraumático.
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