Desde tiempos antiguos siempre se ha buscado la posibilidad de que exista un planeta dentro o fuera del sistema solar que nos brinde la esperanza de poder emigrar a él en caso de que nuestro planeta sufra de un cataclismo irremediable, esta ha sido siempre la búsqueda de nuestros astrónomos y físicos puesto que nuestro mayor temor de que dicho cataclismo ocurra está más cerca de lo que pensamos. Afortunadamente, existe un planeta en las afueras de nuestro querido sistema solar que, aunque está muy lejano y es bastante frío ya que nuestro Sol no lo alcanza, es más grande que la Tierra y su temperatura permite una vida acogedora sobre el.
Hablamos del planeta Kepler ~ 438B, el cual está ubicado en un barrio estelar del universo al cual se le conoce como Goldilocks y en el cual se encuentran muchos otros planetas potencialmente habitables. El mismo fue descubierto por el astrofísico Guillermo Torres, quien lo pudo ubicar gracias al Telescopio Keck desde la isla de Hawaii y quien declaró su enorme asombro al descubrir un planeta rocoso y con su propio Sol, un gemelo de nuestro planeta. El mismo, al parecer, ofrece las condiciones necesarias para albergar vida y si en algún momento llega la necesidad de emigrar, allá nos iremos.
Por supuesto que el miedo de que en algún momento surja la necesidad de que la civilización humana emigre de nuestro planeta sigue latente y ante ello los científicos y expertos se dieron a la tarea de buscar opciones factibles para un futuro cercano. Fueron un total de 26 exploradores espaciales, entre astrofísicos, analistas de datos e ingenieros de software los que se embarcaron en la búsqueda de un posible nuevo hogar que sirva de plan b en caso de ser necesario, para la humanidad.
Así que, como si de la Tierra Prometida se tratara, apareció ante sus ojos Kepler ~ 438B, un planeta más grande que la Tierra y cuya luz recibida de su estrella más cercana es muy similar a la que nosotros recibimos de nuestro Sol, lo que lo hace propicio para la existencia de agua en forma líquida, vital para la supervivencia humana, su temperatura oscila entre los 10 y 20 grados centígrados. Para llegar a este nuevo planeta hogar hay que salir de nuestro sistema solar y recorrer un aproximado de 470 años luz para poder localizarlo, esta bastante lejos considerando que un año luz es un total de 9.460.730.472.580 kilómetros.
De acuerdo a las investigaciones hechas por los científicos encargados de descubrir las características que debe tener un planeta para albergar vida, estas por supuesto que son bastante lógicas hablando desde el punto de vista que de lo que es indispensable en nuestro planeta. Para iniciar debe haber una importante y abundante mezcla de oxígeno y hierro, también una generosa cantidad de magnesio y silicio, ya en cantidades más pequeñas aluminio, níquel, Calcio y azufre.
Toda esta mezcla se va cocinando junto con el agua que proviene de asteroideos, durante millones de años y después de ese tiempo transcurrido se da paso a un planeta con las condiciones necesarias para vivir. En la actualidad se han descubierto muchos planetas que están en este proceso pero aún no llegan a concluirlo, por lo que aun no reúnen lo necesario para albergar vida, algunos otros simplemente no encajan en lo necesario para vivir puesto que sus componentes en sus superficies son muy hostiles para desarrollar vida.
Afortunadamente nuestro planeta todavía no nos está obligando a emigrar de Él, aún estamos a tiempo de salvarlo y simplemente dejar la exploración con motivos de enriquecimiento del conocimiento. Pero esto no durará para siempre si no actuamos rápido al respecto.
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