Una perrita heroína.
Judy fue una pieza clave en el bando de los Aliados durante los combates que se llevaron a cabo en esta etapa tan oscura de la historia de la humanidad y esto le llevó a estar cerca de la muerte en varias ocasiones, salvando a cientos de soldados británicos de los ataques de la armada nazi. La historia de esta perrita heroína llegó a ser tan conocida que incluso que fue digna de una medalla por parte del gobierno de Inglaterra.
La perrita de raza Pointer fue adoptada por un grupo de soldados británicos en Shanghái, China, en el año 1936. Cuando la Segunda Guerra Mundial dio inicio. Judy se convirtió en mascota de un barco de los aliados ingleses, en donde fue tratada como un miembro más de la tripulación, todos lo tenían cariño y respeto a la perrita que luego se convertiría en su salvadora y heroína de Inglaterra. Sin embargo en el año 1942, el barco en el que viajaba Judy junto a los soldados ingleses fue derribado por las tropas japonesas, por lo que la perrita junto a algunos soldados que sobrevivieron al naufragio se dirigieron a una pequeña isla desierta cerca de las Indias Orientales Neerlandesas.
Uno de los actos heroicos llevados a cabo por la perrita fue cuando le salvó la vida a sus compañeros de batalla, esto al encontrar una fuente de agua potable de una corriente subterránea que les permitió a todos salvarse de morir deshidratados. Un tiempo después de esto, la perrita fue encontrada junto con sus compañeros por un barco y llevada a Sumatra, para encontrarse con el resto de las tropas británicas. Desafortunadamente ella y los soldados fueran nuevamente derribados por los japoneses y esta vez los apresaron, pero los soldados no estaban dispuestos a dejar abandonada a Judy después de todo lo que ella había hecho por ellos, por lo que la metieron en un saco de arroz y así pudieron entrarla en el campo de concentración japonés, ya que estos no permitían el ingreso de animales al lugar y eso implicaba dejar abandonada a la perrita.

Una heroína en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia.
Las condiciones dentro del centro de concentración eran muy precarias, los soldados eran torturados constantemente y las raciones de comida eran escasas además de muy malas. Pero Judy demostró ser una perrita muy astuta, se escabullía para salir a los bosques cercanos a cazar pequeños animales como ratas, serpientes o conejos, también había aprendido a alertar a los soldados de su tropa cuando los japoneses estaban cerca para torturarlos, le salvó la vida a muchos de sus compañeros Incluyendo a su soldado y dueño adoptivo, Frank Williams, con quién pasaría el resto de su vida.
La Pointer se volvió a convertir en heroína en el momento en que Los japoneses movieron a toda su tropa en barco hacia Singapur pero en el trayecto los británicos bombardearon el barco y todos tuvieron que abandonarlo, por lo que Judy ayudó a todos los soldados a salir a flote evitando que muchos murieran ahogados. Según los reportes de esa época, la perrita espero pacientemente a que todos los soldados pudieran abordar las lanchas salvavidas, sin embargo una vez más fueron capturados por los japoneses y esta vez fueron llevados a un lugar con condiciones todavía más precarias que en el campo anterior, los soldados fueron forzados por los japoneses a crear un ferrocarril en medio de la selva y Judy fue la encargada de apoyarlos para alertar cuando un animal peligroso estaba por acercarse.
Judy siempre se mostraba muy territorial y tenía un comportamiento feroz en contra de los soldados del país del sol naciente, quienes no dudaron en ningún momento en abrir fuego contra ella cada vez que podían, afortunadamente solo salió con unos cuantos rasguños, también en cierta ocasión se dieron cuenta que peleó contra un cocodrilo. Al finalizar la guerra los japoneses se retiraron y su tropa pudo volver a casa, obviamente con Judy acompañándolos, una vez llegaron a Inglaterra la perrita fue condecorada con una medalla Dickin del más alto honor por todo su trabajo de apoyo en contra de los soldados japoneses durante la guerra. La perrita vivió feliz el resto de su vida junto a su dueño.
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