Mucho se ha hablado de la Mitología Griega y sus grandes Dioses, de sus habilidades y de como regían sobre la humanidad en épocas antiguas. Historias fascinantes que alimentan la imaginación de los amantes a las historias mitológicas o de tiempos antiguos. Algunas de esas deidades han tenido una enorme trascendencia en la historia, como cuando hablamos de Zeus, una poderosa divinidad a la que se le denomina, en ciertas ocasiones, como el “Padre de todos los dioses y los hombres”, gobernante de los dioses del Olimpo, Dios del cielo y del Trueno.
Pero hay una deidad dentro de este grupo de dioses a la cual no se le ha dado el conocimiento debido, y se trata de Hécate, Diosa asociada con la magia, la brujería, la noche, la luna, la luz y los fantasmas. Se dice que su poder era tan grande que hasta El mismísimo Zeus le tenía miedo y respeto.
Los detalles exactos sobre el origen de la diosa Hécate son desconocidos, pero hay diversas teorías respecto a sus orígenes que dicen que tiene un nacimiento griego, por lo que su nombre, proveniente de la palabra Hekatus, significaría Aquella de Largo Alcance. Algunos han llegado a pensar que en realidad su origen no es griego sino egipcio, derivando de la diosa Heqet, una mujer con la cabeza en forma de rana y a la cual se le asocia con la magia, la brujería, la fertilidad y el nacimiento.
Hécate siempre ha sido asociada con el mundo sobrenatural, con todo aquello que tuviera con ir más allá del mundo de los vivos cruzando puertas, ventanas, paredes y caminos. También se le considera una diosa liminal, osea que tiene la capacidad de ir y venir del inframundo, pudiendo volver de la muerte.
Además de eso, era considerada como una diosa guardiana que podía defender ciudades enteras de la visita de demonios que traspasaran del inframundo al mundo de los vivos pero al mismo tiempo tenia el poder de hacer caso omiso a las situaciones de agravio y mostrarse indiferente, si ella así lo deseaba. Al tener el poder de entrar al inframundo, se cree que era portadora de las llaves de las puertas de la muerte, por lo que se le considera Reina del Inframundo.
Tan poderosa en el cielo como en el infierno, se le hizo el nombre de Diosa de los fantasmas gracias a que se le asociaba con la diosa Enodia, la diosa que viajaba con un séquito de espíritus. Hécate es también la Diosa de las brujas, siendo ella una de las deidades más importantes en el mundo de la magia y la hechicería, es más, hay un culto dedicado por completo a la veneración de Hécate.
En relatos antiguos se dice que el Dios del Olimpo, Zeus, le tenía cierto temor a Hécate ya que ella compartía junto con él, el poder de conceder a la humanidad lo que sea que ellos desearan, pero también podía quitárselos si ella quería, por lo que Hécate podía hacer y deshacer con la humanidad a su antojo, eso la hacía una diosa de cuidado, por lo que Zeus la respetaba.
En fin, esta interesante figura de la Mitología Griega merece un puesto más importante en los libros de historia del que ya tiene, puesto que su gran capacidad y poder sobrepasan los límites de muchos dioses con mayor fama que ella. La madre, la doncella y la anciana, como también se le conoce a la diosa, figura muy por encima de muchos dioses y se le debe reconocer como tal.
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