Una obra con tintes sobrenaturales.
Para empeorar las cosas, el francés no había dejado ningún plano que indicara como debía ir la escalera y por lo tanto no hubo arquitecto de aquella época que pudiera adaptar dicha construcción a la obra ya hecha sin que afectará lo ya construido, no había el espacio ni alguien con ingenio. Hasta el momento se empezó a usar una escalera de mano para acceder a la parte superior pero esto estaba ocasionando varios accidentes, por lo que las hermanas del convento decidieron elevar un novenario al mismísimo San José, padre de Jesús y quien fuera en vida un carpintero. En su rezo las hermanas oraron porque llegara alguien para solucionar su problema.
Fueron 8 días en los que oraron sin cesar y al noveno día cuando ya estaban agotadas y perdiendo sus esperanzas, en la puerta de la capilla apareció un hombre que venía montando un burro y traía consigo una caja de herramientas de carpintería. El carpintero se ofreció a construir la escalera pero a cambio pidió a las monjas dos peticiones muy curiosas, pidió grandes baldes de agua y que lo dejaran trabajar durante 3 meses a solas dentro de la capilla. Las hermanas aceptaron las peticiones del hombre pues confiaron que él era la respuesta a sus nueve días continuos de rezos por una solución. El hombre comenzó su trabajo en silencio.
Una joya de la arquitectura pero muy misteriosa.
Habiendo transcurrido los tres meses que fueron solicitados por el carpintero para poder llevar a cabo su trabajo dentro de la iglesia, las monjas entraron dentro de la capilla y descubrieron que la escalera ya estaba terminada, siendo ésta una verdadera Joya de la arquitectura con una belleza sin igual, pero en ese momento el carpintero no se encontraba dentro de la iglesia. Ellas pensaron que a lo mejor se había marchado a descansar, por lo que decidieron crear un banquete en agradecimiento por su trabajo, sin embargo el hombre jamás volvió a aparecer, se marchó sin dejar rastro alguno, no cobró por su trabajo y no recibió ningún tipo de recompensa al respecto, simplemente terminó el trabajo de la escalera y se marchó.
A partir de ese momento la fama de la escalera comenzó a crecer entre los habitantes de la localidad y muchos ingenieros y arquitectos vinieron a observarla, sin embargo ninguno de ellos pudo dar fe de la forma en que pudo haber sido construida dicha obra, es simplemente imposible. El hombre que la construyó no usó ningún tipo de herramienta eléctrica para realizar su trabajo, tampoco utilizó clavos ni ningún tipo de cola o pegamento para pegar las piezas, la escalera tiene exactamente 33 escalones (la edad de Jesús cuando murió) y da dos vueltas completas en espiral hacia la segunda planta del edificio.
La misma ha sido estudiada por científicos, arquitectos e ingenieros expertos en obras arquitectónicas pero ninguno puede explicar la forma en la que la escalera está creada ni cómo es posible que esta aguante el peso de la persona que suba a la segunda planta del edificio. Aunque creen que es posible que la escalera en cuestión tenga un punto de balance imposible para la lógica humana y también para las leyes de la física, no hay explicación congruente aún. Otro gran misterio de esta obra es la madera que se utilizó para crearla, ya que no pertenece a ningún tipo de árbol en las cercanías de la capilla y menos dentro del país, al estudiarse los científicos se dieron cuenta que la madera proviene de un tipo de Abeto muy extraño que solamente se da en el Medio Oriente.
Muchos piensan que esta escalera es un milagro y la respuesta fiel de parte de Dios a la petición de las monjas para solucionar el problema que estaban enfrentando dentro de la iglesia. ¿Tú qué opinas? Déjanos saber tu opinión en la sección de comentarios.
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