Los juguetes sexuales han dejado de ser un tabú desde hace ya varios años y cada vez obtienen muchísima más popularidad entre la población mundial. Los hay de todo tipo, de todas las formas y tamaños, muchísimos colores, distintas funciones y para todos los gustos, cosa que gusta a muchos sin importar la distinción de género, ya que los hay para hombres y mujeres por igual. Aunque para algunos siguen siendo un tema que causa mucha vergüenza, son más los que disfrutan de este tipo de juguetes de placer.
Pero algo curioso sobre este tipo de juguetes es que nació como un instrumento de origen médico que buscaba tratar la histeria en mujeres que padecían de problemas de estrés. El primer aparato en ser creado con este fin fue el vibrador. Cuando nació, el vibrador era un instrumento cuya función era muy distinta a la que se le da en la actualidad. Una supuesta patología femenina llevó a la creación de un aparato eléctrico para las mujeres que facilitase a los médicos el tratamiento de la histeria mediante masajes.
Este instrumento fue inventado a principios del siglo XIX para tratar una enfermedad conocida como histeria femenina. Pese a que en sus inicios era considerado una herramienta médica de la cual no había que sentirse avergonzado, con el paso del tiempo, el vibrador pasó a ser un tabú entre la mayoría de las mujeres, pero afortunadamente eso empieza a cambiar. Como ya dijimos, este aparato que paso a ser llamado como vibrador nació a partir de la histeria femenina, la que era un popular diagnóstico médico para explicar una misteriosa enfermedad que sólo afectaba a las mujeres de la época.
Aquella supuesta enfermedad femenina se manifestaba en: desfallecimientos, retención de líquidos, pesadez abdominal, espasmos musculares, respiración entrecortada, insomnio, pérdida del apetito, nerviosismo, irritabilidad y agresividad. Es decir, si era percibido que una mujer poseía alguno de estos síntomas eras diagnosticada como “una histérica”. A raíz de esto, se descubrió que había una forma de curar la histeria: el paroxismo histérico, o dicho en otras palabras, la masturbación asistida.
Esta consistía en la estimulación manual de los genitales femeninos por parte del médico hasta alcanzar el paroxismo (no el orgasmo, ya que por entonces se pensaba científicamente que las mujeres no podían tener orgasmos) pero casi cerca. De esta manera, se curaba la histeria por medio del alivio de las tensiones sexuales femeninas. Sin embargo, este método provocaba grandes dolores y molestias musculares a los médicos. Es en ese momento cuando Joseph Mortimer Granville hace uso de la tecnología emergente de la época para crear un aparato que facilitase el método del paroxismo.
Es así como este médico británico inventó el vibrador con fines médicos para curar la histeria. Pero, no es hasta 1902 cuando la compañía Hamilton Beach comienzan a comercializar los primeros vibradores, como un electrodoméstico más. A día de hoy podemos entender que la única enfermedad de aquellas mujeres era el padecimiento de la represión sexual de la época. Donde la masturbación solo era permisible bajo prescripción médica y el disfrute sexual únicamente se limitaba a los hombres.
El vibrador se inventó en el siglo XIX como un dispositivo médico para tratar la histeria femenina, una afección que se creía que estaba relacionada con la excitación sexual no liberada.
A medida que se comprendió mejor la sexualidad y la histeria fue desmitificada, el vibrador comenzó a usarse para el placer sexual en la primera mitad del siglo XX.
No, los vibradores pueden ser utilizados por personas de cualquier género y orientación sexual. Hay vibradores diseñados para la estimulación tanto masculina como femenina.
En la actualidad, los vibradores se ven como herramientas de empoderamiento y placer sexual. Han perdido gran parte de su estigma y se utilizan comúnmente para mejorar la intimidad y el bienestar sexual.
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