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D.B. Cooper: Conoce el misterio del hombre que salto de un avión en movimiento

Miércoles 30 de Noviembre 2022

Esta se trata de una de las leyendas modernas del crimen en Estados Unidos, más increíbles que existen y que más que eso, sigue sin explicación ni pista de lo que pudo haber sucedido con el atacante. Es una de esas historias que resultan tan increíbles que solamente puedes creerla habiendo estado presente en el momento en que sucedió. En el fin de semana de Acción de Gracias de 1971, en Seattle, sucedió el único secuestro de avión que no se ha resuelto en toda la historia, un suceso que no se ha vuelto a repetir y aquí te contaremos de que se trata.

El secuestro de un avión.

Un día cerca de la celebración de Acción de Gracias en el año 1971, un hombre secuestro un avión que iba dirigido hacia Seattle, pidió un rescate y con el dinero en mano más un par de paracaídas, en cierto punto del vuelo se lanzó desde los aires y nunca mas se volvió a saber de él. Su nombre era D.B. Cooper, el FBI lo busco pero nunca fue hallado y desde entonces se han manejado varias teorías alrededor de lo sucedido pero nadie ha podido resolver el caso y eso solo sigue aumentando la fascinación por lo sucedido.

Uno de los más grandes misterios de la historia del crimen moderno, ¿Fue acaso este el crimen perfecto o solo un acto insensato de parte de un delincuente que tuvo mucha suerte y pudo salir bien librado? Pues pareciera que D.B. Cooper se desvaneció con 200.000 dólares y un par de paracaídas, ante esto el hombre misterioso se convirtió en todo un mito y la falta de respuestas a lo sucedido no hace más que generar interés. Las investigaciones sobre el Hombre duraron casi medio siglo pero cada aproximación que había hacia el sujeto terminaba en una mayor intriga y cada sospechoso terminó siendo descartado. Sólo quedan más y más preguntas.

Como sucedió el evento.

Se aproximaba un fin de semana largo en Estados Unidos, todos los aeropuertos tenían una actividad desenfrenada producto de la celebración por el Día de Acción de Gracias, así que una gran multitud se movía por todo el país para poder reunirse con sus familiares y así pasar la celebración juntos. La tarde del 24 de noviembre un vuelo corto de poco más de 35 minutos se dirigía de Portland a Seattle, el 305 de Northwest Orient Airlines, era un avión grande y bastante cómodo para un vuelo corto con apenas 36 pasajeros.

En la entrada para el vuelo un hombre de unos 40 años aproximadamente, compraba un boleto a nombre de Dan Cooper, pago en efectivo y todos recuerdan bien que este llevaba un traje de color gris con corbata negra y camisa blanca, como equipaje solo llevaba consigo un maletín, parecía un hombre de negocios más que se dirigía a casa para pasar las fiestas con su familia. Se dirigió a la última fila y se sentó. Con el avión ya en el aire, Cooper pidió unas bebidas y mientras la hermosa azafata en turno se acercó a atenderlo, el hombre le entregó un papel doblado a la mitad y le insistió firmemente en que lo leyera.

En letras de imprenta bien prolijas la nota informaba que el hombre había secuestrado el avión y que si no se hacía lo que el demandaba ni cumplían con sus exigencias, el detonaría una bomba. La azafata no podía creer lo que leía pero el semblante del pasajero se había transformado en el de un peligroso secuestrador. Cooper le pidió que se sentará junto a él y así le mostró lo que él maletín contenía: 8 cilindros de color rojo y parecían dinamita, una batería y muchos cables interconectados, el estaba mostrando la bomba.

Como acto seguido el hombre le dijo que comunicara sus exigencias al capitán: 200.000 dólares (1.500.000 dólares actuales), 4 paracaídas y que al avión se le recargará combustible al llegar a Seattle. Este no era como un secuestro cualquiera con varios delincuentes apuntando armas, no habían gritos ni violencia, no era como el de las películas, los pasajeros no supieron lo que pasaba. El piloto comunico la situación a tierra y estuvieron volando en círculos como por 2 horas mientras los policías conseguían el dinero y los paracaídas, los pasajeros creían que no aterrizaba por problemas en la pista.

Un osado salto en medio de la nada.

Al momento del aterrizaje, Cooper se había puesto unos lentes oscuros y le hicieron llegar un maletín con el dinero y los paracaídas. Los pasajeros bajaron quedando únicamente a bordo Cooper y la tripulación, cargaron el combustible y dio la instrucción de no ir a más de 10.000 pies de altura, volar despacio y el destino final sería México D.F. también solicito que la compuerta trasera estuviera abierta y la escalerilla baja, pero como le dijeron que era imposible despegar con eso, el acepto dócilmente, le dejaron solo en el área de los asientos y la tripulación se fue a cabina.

En determinado momento del vuelo, sintieron como la cabina del avión se despresurizo y en efecto, Cooper había abierto la compuerta y bajado las escaleras, se ato el maletín con el dinero y usando 2 de los paracaídas, se lanzó al vacío en el medio de la noche. Nunca mas se supo que fue de él, ni siquiera quien era en realidad él. Al aterrizar, el avión fue inspeccionado sin encontrar nada, se desplegó una partida de búsqueda por parte del FBI con fuerzas terrestres, helicópteros y hasta un pequeño submarino surcando las aguas de la posible ruta, la búsqueda se extendió por varios días siendo inútil. No quedaron rastros se ningún tipo sobre Cooper, ni el dinero ni los paracaídas.

A pesar de que su búsqueda se volvió en la obsesión americana por muchos años, nunca lograron dar con el. ¿Habías escuchado semejante historia? Déjanos saber tu opinión en la sección de comentarios.

Te invitamos a leer nuestro artículo sobre Las desapariciones más misteriosas.

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