En los últimos días hemos podido ver por todos los medios de comunicación habidos y por haber la noticia sobre la desaparición de un submarino manejado a control remoto que había descendido con 5 personas a las profundidades del océano para explorar los restos sumergidos que han quedado del popular y mediático barco Titanic. Desafortunadamente la teoría que se maneja respecto a la desaparición y posible localización es que al momento de dar con su paradero, los ocupantes de dicho submarino hayan fallecido y esto debido a la falta de oxígeno al interior de la nave.
Desde el momento en que el Ocean Gate (nombre del submarino) desapareció, se inició una ardua búsqueda contrarreloj para dar con el paradero de dicho vehículo, ya que la autonomía del mismo estaba indicada para únicamente 96 horas y con ello también se acababa el oxígeno disponible para mantener con vida a sus ocupantes. Este era el principal problema al que se enfrentaban los equipos de rescate y la tripulación mayormente, pues sabemos muy bien que el cuerpo humano apenas puede resistir unos cuantos minutos sin oxígeno y a pesar de que muchas personas se preparan físicamente para poder alargar la capacidad de contener la respiración, lo habitual es que una persona no pueda soportar más allá de los 2 minutos sin oxígeno.
Hay personas que han llevado su capacidad de soportar la respiración mucho más allá de los 10 minutos de respiración e incluso hay récords mundiales de quienes han superado los 20 minutos, pero luego de ello, ¿Qué pasa cuando ya no hay oxígeno disponible para el cuerpo? Pues allí es donde comienza lo más difícil y doloroso del proceso para el cuerpo humano, algo que seguramente será difícil que lo puedas escuchar de alguien que lo haya experimentado porque no hay quien lo sobreviva fácilmente, pero según la ciencia ocurre lo siguiente:
Se piensa que una vez traspasado el límite de lo que el cuerpo humano puede soportar sin oxígeno, se comienza a dar una acumulación de CO2 en el organismo que provocan unos dolorosos espasmos en el área del diafragma que obligan a la persona a boquear. Como acto seguido se empieza a dar una hipoxia por la falta de oxígeno, siendo este un trastorno que se caracteriza por la ausencia del oxígeno en los órganos y tejidos del cuerpo. Inicialmente el cuerpo lleva el único oxígeno restante a los órganos más vitales como Cerebro y Corazón, esto como un último esfuerzo del organismo por mantenerse con vida.
Al comenzar a faltar el oxígeno en el cerebro, las células cerebrales que son las más sensibles a la falta de oxígeno, comienzan a morir apenas 5 minutos después de que el respiro vital se ausentara, entrando en un estado de hipoxia cerebral y por consiguiente desembocando en una muerte cerebral o causarle daños graves al órgano. Pero si esto todavía no sucede esta, muy seguramente el corazón haya comenzado a fallar y la falta de oxígeno se haya derivado en una infarto o paro cardíaco que anticiparía la muerte de la persona en cuestión, antes de que se produzca la muerte cerebral que por lo general es la primera que ocurre.
Así que por el momento, todo escenario posible con respecto a la falta de oxígeno es catastrófica. Cuando se produce la muerte cerebral por oxígeno, es que no llega el suficiente suministro del elemento al cerebro, el cual necesita un suministro constante de este gas y nutrientes para mantenerse funcional. La hipoxia cerebral se puede dar por varios motivos como ser ahogamiento, incendio o inhalación de humo, también por Neumonía. Todas terminan en lo mismo, muerte completa del cuerpo y es lo más seguro que pasó con los tripulantes del submarino.
Cuéntanos que opinas en las sección de comentarios. Te invitamos a leer nuestro artículo sobre Que sucede con el cuerpo cuando morimos.
Una persona puede sobrevivir solo unos minutos sin oxígeno antes de que comiencen a producirse daños irreversibles en el cuerpo.
Los síntomas pueden incluir dificultad para respirar, mareos, confusión, piel pálida o azulada, pérdida de conocimiento y convulsiones.
La falta de oxígeno puede provocar daño cerebral, daño en los órganos vitales, insuficiencia respiratoria y, en casos extremos, puede ser mortal.
El cerebro es extremadamente sensible a la falta de oxígeno y puede sufrir daños irreversibles en cuestión de minutos sin un suministro adecuado de oxígeno.
En situaciones de emergencia, es fundamental buscar ayuda médica de inmediato y realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) para mantener el suministro de oxígeno al cuerpo hasta que llegue la ayuda profesional.
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