La vida está llena y muy marcada de momentos en los que vivimos detalles, situaciones o circunstancias que nos hacen guardar dicho instante en nuestra memoria y que se hace muy difícil de olvidar. Sucede que gran parte d esos recuerdos se guardan en lo más profundo de nuestro interior debido a nuestra memoria olfativa y como bien dice un dicho conocido, que “Perfumes de lugares que nos han marcado, momentos únicos e irrepetibles” sean para bien o para mal pero todos tienen este detalle en común que no se puede pasar por alto jamás.
Y es que la memoria olfativa es la única que jamás se deshace, se guarda en el interior y cual caja fuerte a la que le olvido la clave de seguridad, resulta imposible de olvidar un aroma y por consiguiente el recuerdo del momento donde se percibió tal aroma. Es por esto que los olores resultan tan importantes para formar recuerdos, como el de un hijo que recuerdo el olor de la Sopa que preparaba su madre los domingos o el de una madre que recuerda el olor del perfume de su bebé recién nacido, todo esto forma un hueco en nuestro corazón que resulta casi imposible de borrar. Los rostros y voces se olvidan, más no un aroma.
Debido a todo lo anterior mencionado, un perfume bien elegido puede llegar a convertirse en un bien muy preciado, sin embargo no todos los perfumes reaccionan de la misma forma en todos los cuerpos. La intensidad y el tono del perfume pueden variar de persona a persona y esto se debe a la medida de acidez que hay en la piel (pH), dicho parámetro influye mucho en el nivel de fijación del fragancia a la piel así como el tipo y su duración en todo el día.
Por lo tanto, el conocer la acidez del manto de la piel así como la capa entre la epidermis y la dermis resultan de suma importancia a la hora de hacer la elección de un perfume. Afortunadamente un químico danés desarrollo una escala de potencial de hidrógeno y fue el que creó el término pH, según esta escala, a la menor concentración de iones de Hidronio hay un mayor nivel de pH. Y este es un hecho comprobado que esto es algo que afecta mucho en la duración de una fragancia determinada en un tipo de piel en específico.
Para comenzar a determinar cuál es el correcto y más perfecto tipo de perfume que combina con nuestra piel y tipo de pH, es necesario conocer la escala del pH, la cual va desde 0.0 a 14.0, pero el rango de la piel humana se encuentra entre 4.5 y 5.75. Habiendo conocido que nuestra piel se encuentra entre estos números es ahora más fácil poder determinar qué tipo de manto acido posee nuestra piel y para ello es necesario describir ciertos parámetros que nos permiten distinguir dicho dato:
Piel ácida:
La producción de sustancias ácidas que realiza nuestro cuerpo es un proceso natural y totalmente necesario para el cuerpo, detalle que no debe confundirse con algún tipo de problema de salud. No obstante cuando la concentración de pH es muy alta, las capas de piel puede sufrir un poco de resequedad o enrojecimiento y este factor disminuye notablemente en la fijación de perfumes, por ello será necesario el elegir perfumes más intensos y de aromas fuertes, ya que estos tienen una mayor absorción (fragancias dulces o amaderadas).
Piel alcalina básica:
Estos tejidos tienen menores concentraciones de iones hidronio y, por ende, mayor pH. Se caracterizan por poseer un alto factor de hidratación y una mayor tersura. No obstante, este no es un factor totalmente positivo, puesto que implica una menor protección contra los agentes infecciosos externos que se encuentran siempre a la orden del día. En este caso conviene usar aromas frescos o suaves, debido a que el exceso de alcalinidad tiende a robustecer la fragancia aplicada.
Piel neutra:
Estos son tejidos con un nivel de acidez intermedia, justo en el medio entre alcalina y ácida. Las personas que no tienen piel ácida ni básica pueden elegir entre todo el rango de fragancias existentes, aunque deben tener en cuenta que, como suelen transpirar, modifican el aroma original. Lo ideal sería que eligiesen entre las esencias más frescas: frutales, cítricas, florales o herbales que ayudan a la piel a mantenerse humectada y con el aroma perdurando en ella.
Si deseas saber qué tipo de manto de piel tienes lo que debes hacer es elegir un perfume de tu preferencia y rociar un poco sobre un pedazo de papel, lo usual es que el perfume dure en el papel por un aproximado de 5 horas y luego revisar. Verificar después de ese tiempo si el perfume aún huele en el papel para luego repetir la misma acción sobre tu propio brazo o una parte de tu piel. Si después de el tiempo establecido todavía puedes percibir el aroma de la fragancia en tu piel entonces tienes una piel alcalina, si después de las 2 horas el aromas dejó de ser perceptible entonces tienes una piel ácida y neutra si esta en el medio de estos parámetros.
El pH de la piel puede afectar la forma en que el perfume se desarrolla y perdura. Elegir un perfume compatible con tu pH garantiza una mejor fragancia.
Puedes hacerlo utilizando tiras de papel de pH disponibles en tiendas especializadas. También puedes consultar a un dermatólogo para una evaluación más precisa.
En general, los perfumes frescos y cítricos funcionan bien con la piel ácida, ya que equilibran su acidez natural y brindan una fragancia duradera.
Los perfumes más intensos y con notas amaderadas o especiadas suelen ser adecuados para la piel alcalina, ya que se complementan con su nivel de pH.
Sí, experimentar con diferentes perfumes te ayudará a descubrir cuáles se adaptan mejor a tu pH de piel y realzan tu personalidad única.
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