O'Neal Ron Morris, la falsa cirujana plástica que inyecto cemento en sus pacientes.

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Los resultados de sus peligrosas intervenciones.

Con necrosis en los glúteos y una infección generalizada muy severa, Shatarka Nuby murió a los 31 años de edad. Las autoridades recién investigaron su caso luego de que ella enviara una carta al Departamento de Salud de Florida, en la que describía las afecciones que habían causado a su cuerpo las malas prácticas de una falsa profesional de la salud que no formaba parte de la membresía de dicho departamento. Los síntomas descritos por la víctima no eran más que el resultado de las 10 inyecciones que la falsa cirujana estética Oneal Ron Morris le había aplicado entre los años 2007 y 2011 a la paciente, con la promesa de aumentar sus glúteos, caderas, muslos y senos.

Morris realizó esta práctica por muchos años, engañando de forma deliberada a muchas mujeres que buscaban mejorar su apariencia física a un muy bajo costo. Debido a ello, la mujer utilizaba fórmulas compuestas por cemento, silicona, pegamento súper glue, aceite mineral y sellador de llantas como relleno en sus fillers. No obstante, no fue hasta que Nuby perdió la vida a causa de una insuficiencia respiratoria por migración sistémica masiva de silicona, que las autoridades escudriñaron su trabajo.

Como fue que llego a fingir ser médico cirujano.

Durante la audiencia de Morris por homicidio involuntario, Sherri Pitts, quien fuera la madre de Nuby, afirmó que su hija murió de la manera más inhumana con un sufrimiento que duró 18 meses “sin saber la totalidad de lo que le habían colocado en su cuerpo” ni el impacto que esto crearía en ella. El primer procedimiento que tuvo Nubby con la acusada costó 2.000. dólares y fue presenciado por uno de sus amigos, en otra aplicación de la dosis estuvo presente la menor hija de la afectada. En una declaración, testificó que Morris enrolló los glúteos de su madre con plástico y la pinchó con una aguja que sacó de un maletín negro. Los procedimientos los hacía en una habitación de hotel y decidió que esta sería su forma de recibir ingresos.

Aunque Oneal esperaba inspirar confianza en sus clientes, vistiendo una bata blanca y colgando un estetoscopio en su cuello durante cada uno de los procedimientos ilegales que realizaba, en realidad, no contaba con ninguna licencia médica que respaldara su actuación. Incluso, antes de ser acusada por homicidio involuntario, cumplió una condena de un año por ejercer sin este permiso y causar graves lesiones a las personas que acudieron a ella. Sucede que esta mujer vio en este trabajo una forma de ganar dinero en buenas cantidades sin tener que esforzarse mucho.

Luego de un extenso proceso judicial que tuvo que enfrentar, Oneal Morris fue finalmente condenada a 10 años de prisión por homicidio culposo, más 5 años de libertad condicional en el año 2017. El medio Miami Herald informó que los antecedentes de Morris incluyen licencias de conducir falsas, cheques sin fondos, identificación adulterada y robo en los condados de Miami-Dade, Broward, Palm Beach y Alachua. ¿Conocías está historia? Déjanos saber tu opinión en la sección de comentarios.

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